Ella estaba sentada en un banco del parque enfrente de casa.
El otoño se acercaba suavemente. La temperatura bajaba y los colores cálidos que anunciaban el cercano frío alegraban la vista. Marrones, amarillos, rojos, naranjas...
Con la mirada seguía una y otra vez, todas las hojas que caían. Distraída.
Cada hoja que llegaba al suelo era una oportunidad dejada escapar. Allí estaban las oportunidades que ella había echado a perder, y también esas que otros habían echado a perder, que el tiempo le había arrebatado y por las cuales ella no había sido capaz de luchar,y al final todo repercutía sobre ella.
De golpe, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo al recordar inconscientemente los labios de su amor de otoño perfilando su cuello, y como solía taparle la cara mientras ella sonreía,pestañeaba y le cosquilleaba la palma de la mano.
Ella era realmente feliz
Y por enésima vez, volvió a fijar las vista en otra hoja que caía, junto a una lágrima.
Britanny Noapte.
