Por ti, para que tú un día llegaras...
Y me quisieras besar
¿Por qué me darías tus labios
Cuando apenas sé tu nombre?
¿Es que acaso la belleza todo lo puede comprar?
¿O es tu belleza tan mal subestimada
qué le otorgas la entrada a tu glorioso jardín
A cualquier rosa de suaves pétalos, olvidando
ver entre las espinas?
Pues yo reposo en silencio hasta rehusar de entrar
Y te pincho un dedo
haciéndote sangrar, evadiéndote
No tocare a tu puerta, ni con el toque fugaz de una mirada
Y golpeando a mi cordura y tallándola al honor
Seguiré mi camino con tu mirada congelada
Y solo cuando el viento, ese llamado destino me lleve a ti
Cuando sea solo fragmentos y sea libre de todo saber tuyo,
Flagelándome solo en
los recuerdos de tu sentir, precisamente ese sentido
Suave y tierno, caliente como un beso antes de que llegase
el invierno.
Dejaré mi almohada de seda, y caminare en secreto hasta tu
jardín
Perderé mi
respiración en memorias frescas de gotas de agua
Como tus labios húmedos
que se han metido bajo mi sueño,
Esos besos que siempre quise sentir, y me avisan de algo que
nos une,
Con ternura desconcertante.
Podrás tú sentir mi aroma, y la suave rendición con la que
llego
Más no será por tu belleza, ni por el desdén de querer
poseerte
Será por el deseo de querer agradarle a tus manos
Aunque ya estés
extasiada de dormir entre lirios y jazmines
Y despertar con princesas que cantan para ti
Silenciosos caerán tus labios en infinita magnificencia
Al no poder responder ante mi gran mirada
Que te suplica que me quieras para poder darte mis respiros.