Anoche tuve otra pesadilla con ellas dos.
Sus ojos me miran solo para atemorizarme en sueños.
Soy de las que se dedican a plantar
en lugar de deshojar treboles.
Mis ojos se vuelven madera mojada
que ya no sabe llorar.
Y se ve entre los dedos de la niña mas valiente
indiferencia.
Me temì por no saber estar triste
si no era en tu llanto
por no saber sonreir
si no era de tu sonrisa
ahora que ambas cosas se han esfumado
empiezo a ser yo
la niña de los ojos de madera
sin que tu seas la cuestiòn.