Lloraba de felicidad.
Ella siempre tan hermosa
como ese verde esmeralda
que llega a brillar tanto
como el mar sonriéndole al sol.
Esos ojos grandes y silenciosos
que la miraban con amor
Llevaba destellos de escarcha
en su piel.
Yo estaba en sus brazos
y era tan feliz
fue la manera más hermosa
de recibir Diciembre.
Ella me abrazaba en su regazo
y me dijo que estaba feliz
gracias a mi
y te amos líquidos le tocaron la piel.
