Me hacía gracia que existiera en su mente la posibilidad de que yo quisiera estar con alguien más, también me lastimaba el dolor que le pudiese causar esa idea, y finalmente me asustaba descubrirme con alguien más. Dejar de atesorar lo que ella me daba.
Habría perdido el interés en lo maravilloso mientras que el olor a nuevo me haría olvidar.