Cuando tratas de que todas las figuras encajen te das cuenta que todo es una mentira sin escrúpulos de tu retina desgastada. Son tantas cosas a las que me anclo sentir y tener, que alguna vez tuve que con alguien más, es triste que yo no te lo pueda dar, es como desbordar el vaso de agua, y al acercar tus labios al cristal no poder saciar tu sed. Pero es sed de ti, mis necesidades no las podría saciar con nadie más. En estas horas cuando me ahogo entre el día y la noche por medio de este espacio que detesto un poco más a cada palabra por qué no se lleva mis lágrimas, dolor, rabia, ira, mis mentiras, ni a mi, por qué no me lleva, todo lo contrario, me veo más clara que nunca, clara pero borrosa entre el rimel y los cabellos dorados.
Y descubrí que tenías todo lo que no sabía que me gustaba, descubrí que quisiera ser ese cigarro que se consume en tu boca, y silenciosamente te mata; no quedaría nada más que lo que ahora soy, lo que en el acuario de mis horas en silencio admiraba. Tus besos sabor a culpa tenían la capacidad de agrietarme los labios, sepultándome en tus pesadillas. Presa eternamente en tu eternidad, y si pudieras romper mis cadenas, limpiar tus errores y convertirme en ingenua, en alguna versión virginal de mí, sin vendas, sin cicatrices sin miedos, ni etiquetas, solo morbo y mucha humedad. Sería una llama del instante y en la luz arderíamos. No soplaría más tarde la vela para apagar tus culpas, y mis lágrimas no hicieran su ritual de apagarte arduamente luego del amanecer.
El elixir de lo salvaje, lo turbio, e indomable, esa pasión que se desdoblaba entre tus dedos, entre tus pies, y tus gemidos, rendición que le quitaba la forma a todas mis figuras. Esto no me lleva a nada lo sé, pero ¿porqué lo necesito tanto? Mi masoquismo y tus besos dóciles me cautivaban, y perdiéndome entre el rostro del nacimiento de venus, azules traslucidos entre las sábanas, y un espejo de tus ojos cortándome la sien. Trozos de realidad a los que nunca les busqué sentido, y con You don´t know me de Soja sonando de fondo me da gracia confesar que no siempre odie los rompecabezas, hubo un tiempo entre esa versión virginal y una vela encendida toda la noche, en la que los llegué a disfrutar.
A estas alturas donde la palabra zorra se escribe con tu labial en los labios de otras , y la palabra pequeña es la firma de mi BestSeller. Ya cuando si sonrío tu eres el motivo y si no sonrío también, si todo termina entonces yo quería que tu y yo termináramos juntas. Ardiendo y rindiéndonos ante la otra. Recuerdo que una vez me dijiste:
"Hazme lo que quieras" y bueno nada, te hice sexo oral, y luego te hice el amor de mi vida.
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