Nada es suficiente
al menos que sienta su compañía, su cálida sonrisa, y las palabras que pasan
por su mente antes de crear las perfectas oraciones con las que logra derretir
mi corazón. La extraño, extraño sentirme consumida por los nervios antes de
verla y el deseo que me quema por dentro después de un beso, en el que
sigilosamente le entrego mis miedos, mis deseos y mis sonrisas más profundas y espontáneas esas que vienen del corazón; cuando
sientes que estás en casa y que cada latido tiene sentido.