Escupes letras hechas cristales transparentes
y yo que conozco cada pliegue de tu lengua
me hallo en este combate de cíclopes valientes
cubierta de palabras que talan mi tregua.
y nuestros labios se vuelven víboras audaces,
mordiscos que aventuran que no se va a solucionar,
que en esta guerra de dientes y lastres
ya no hay que atacar.
Escupes sonidos de un pasado hecho olvido
y viertes en mi silencio el bálsamo de tu frío.
Deboras mi boca buscándole un sentido
mientras evocas en mí todo tu vacío.
Empezamos a repartir vida y saliva,
y siento que nada más me puede caber.
Estoy hambrienta en esta batalla cautiva
que no empieza mañana ni terminó ayer.
Escupes, escupes y segregas amor,
y ahora tú, valiente, no puedes tragar,
quién demuestra ser el mejor postor,
quién devuelve ahora el dolor de amar.
Empezamos a rendirnos, frente a nuestros dientes,
nuestras lenguas y nuestro fuego de Tifón.
Y cuando lo insalvable ya no estaba en nuestras mentes
apareció misterioso un cruel perdón;
... porque nuestros labios
solo están para besar."