viernes, 1 de marzo de 2013

No te diré cuanto te deseo esta noche


y recuerdo que en la claúsula número 13 del contrato justo después de haber desfilado en tu  piel con besos en forma de espiral firmé que era solo tuya, tuyisima, solo de tí, tan de ti, que te necesito para soñar, y vaya que amo soñar despierta. 




Tranquila me repetías. 
Condenabas mi boca
que triste mis labios estaban.
Toda en silencio la noche te abrazaba
y mis manos no se hallaban.