Y así te diste cuenta de mi talón de Aquiles y yo me doy cuenta que me
queda un mundo entero por descubrir y un lugar enorme que llenar. Tu
mundo ya tiene colores y yo sólo era un tono más. Sin rencor lo entiendo
y me uno a los lienzos en blanco y las cartas sin entregar. Así, como la emoción de un espacio en
blanco en tu departamento que invita a la imaginación, como un canvas
virginal que espera un splash de colores, así le doy la bienvenida a tu
espalda y a un mundo donde conocer será la constante. Que tu lugar se
convierta en muchos, pero prometo que tu recuerdo será único como todos
los de mi vida. Comprometida a no caerme ni derrumbarme sino a construir
para compartirme nuevamente.