jueves, 29 de noviembre de 2012

Perdóname por ir así buscándote
                                                                           tan torpemente...
Pedro Salinas.

Sí quería herirte, quería herirte, que egoísta era, pero por qué no podías sentirte tan mal como yo por esta situación. ¿Por qué siempre fue tan difícil? Desde esa primera vez que me miraste y te fuiste, me dejaste la modesta tarea de buscarte. pero no lo hubiese echo si no hubiese sentido que había algo más, que eso no podía ser todo, debía de haber algo más desde ese momento cuando quisiste bailar, me tomaste por la cintura y luego me buscaste en el baño. O eran solo tus movimientos de siempre, los cuales desconocía completamente, no sabía nada de ti, eras tan desconocida como cuando te consigues una ostra a la orilla del mar, sin saber si tiene vida o terminarás llevando una linda perla en tu cuello. Tenías que tener vida, valer la pena, o estaba tan equivocada y realmente no tenía idea de nada. Tal vez me había olvidado del escepticismo y al final la luna llena no tenía ningún efecto encantador sobre los amantes, eran solo caprichos de mi mente, al querer hacerme creer que eras ese acento prosódico que hacía énfasis en mi memoria  pero que nunca podría volver a ver.