Jamás pedí un respeto que no me haya ganado
Yo siempre fui de las que apoyaba esa idea de que todos merecemos respeto, pero después de haber recibido ciertas bofetadas y haber asesinado a ciertas personas en mi mente. Tengo argumentos para invalidar esa teoría. Una persona no tiene derecho a pedir que le respeten cuando se ha dedicado a fallar, degradar o humillar a alguien, nadie puede pedir ni un poco de respeto cuando una persona a sacado un arma y ha vulnerado una vida. Soy consciente de que todos alguna vez hemos fallado a alguien, todos alguna vez hemos jodido a alguna persona por algún motivo, por venganza, odio, injustamente, o por pura torpeza Sin tener ni la más mínima necesidad ni interés. Yo tampoco puedo pedir respeto a una persona con la que he sido audaz, pero sí puedo exigírselo a una persona con la que he compartido cosas, a la que le he entregado mis sentimientos, mis conocimientos, mis dudas. No siempre la he respetado, qué en las grandes peleas me enojo y han pasado de grandes a terribles y de terribles a silenciosas al pasar los días. Por desgracia últimamente esta sociedad de mierda, desconoce el significado de la palabra respeto, vomitan las palabras como amor, confianza y amistad y exigen respeto cuando te clavan cuchillos fríos en las costillas con palabras exactas y crueles. Yo estoy orgullosa de poder darme cuenta a tiempo de quién eres, de cuando me fallaste y me faltaste el respeto, de cuando me lastimaste por pura osadía, por torpeza y por ira. Ni siquiera cuando quería odiarte, dejaba de amarte, de cuidarte y callarme. Y sé que jamás te pedí un respeto que no me hubiese ganado.