domingo, 17 de marzo de 2013

Las más amargas, o las más dulces de mis horas.

Susurras tus crimenes de antaño.
Encantabas mis ojos, fijos siempre en ti.
Encantabas mis manos, anhelosas de lunares.
Jugaste con mi cabello, mechones mojados.
Mil inundaciones, me llenaron de placer.
Me probaste los labios, Indagaste en mi cuerpo. 
Dibujaste las huellas de tu silencio. 
Esas mismas huellas que ahora me torturan.