Para mí, ella es el equilibrio perfecto, la magia más pura,
la escarcha brillando sobre el aceite
los besos más altos esos con los que rozas las nubes
y las caricias más anchas del mundo.
Para mí ella es quién vuelve la noche de día
y el buenas noches en una frase accidental entre sus brazos.
Para mí, para mítodo lo hermoso de este mundo es ella.
Las hojas cambian de colores... comenzamos, terminamos y terminamos y terminamos de nuevo.
martes, 11 de junio de 2013
lunes, 10 de junio de 2013
y como duele recordarte
Hoy he dejado el corazón esposado a sus manos
limpiandome las lágrimas de las mejillas
ahora ha quedado destrozado con tu "más nunca".
Y yo entre sevrilletas quería esconder
para siempre el dolor que profesaban mis ojos.
Puede ser que te heche un poco de menos
puede ser que lo haga menos mañana.
Pero sin ti amor, ya no me queda una ciudad
para apagar las luces.
Es entonces cuando pienso en escribir
para aliviarme de tu ausencia,
de esa misma ausencia que es la que me abraza
y no me deja saltar cuando llega el tren
entonces comienzo a llorar.
Me obligo entonces y utilizo papel y tinta roja
como si supieran de primeros auxilios.
Como si las letras pudiesen dibujar tan solo
el parecer de la sombra de tu boca.
Y me doy cuenta de que me he olvidado de mi
que mi recuerdo está en tus manos,
que ya no logran alcanzarme.
Hoy había descubierto un zic zac
comenzaba en tu brazo izquierdo
y terminaba en tu hombro.
Como lamento no haber desfilado sobre el
y ser cariñosa con mis manos.
No recuerdo el tacto de mi piel antes de que tu la tocaras,
muchas veces cuando me acaricio con la lampara encendida,
a media noche,
imagino que es tu piel lujuriosa la que se pierde entre mis nudillos.
No recuerdo como era esa función de respirar, antes de aprender
a coger aire para seguir besándote.
Y a qué sabían los besos antes de los tuyos.
Solo practicaban para enamorarte.
Para dejarse devorar.
Y ¿como era pensar sin que algún retazo tuyo
se mezclara en el aire y acabaras en cada uno de mis pensamientos?
¿Cómo era eso de vivir sin morir por no tener tu presencia?
Y la música, como era antes de escuchar tus gemidos, susurros y latidos.
¿cómo era eso de amar entre llanto?
¿cómo era el mar antes de que se escapara un mililitro de tu vida por los ojos?
¿Cómo era el amor?
¿Por qué lloraba si aún no te echaba de menos?
¿Cómo podía retorcerme en la cama de frío si no sabía que existía tu pecho para refugiarme después?
¿Qué sentido tenían las cosquillas?¿ La piel sensible entre gotas de agua al bañarme por sentirme tuya?
¿Y de qué servían los mordiscos en el cuello si no eran tuyos?
¿Cómo era el silencio?
Ahora el viento susurra canciones y todas me recuerdan a ti.
¿Y de qué servía tomar decisiones si ninguna tenia que ver con mirarte mientras duermes o comerte a besos los lunares?
Finalmente tomamos una que me ha matado.
¿Y si no me querías matar amor, por qué la tomaste?
¿La tomé yo sola?
¿Quién mato a nuestro amor?
¿Fue el dolor?
¿O las heridas abiertas?
Fueron las tardes llorando sobre mi cama las que no me dejaron vivir.
¿Y cuantos dulces más te faltaron por darme en la boca?
¿Qué carrizo era el miedo?
Si antes de ti no podía perderte sin haberte tenido de tantas maneras.
Mejor no me digas nada, no me respondas ya,
no hables que me lastimas.
Solo quiero que me digas
que era eso de la felicidad
¿Un sueño o un instante?
¿Era real?
¿Cómo las lágrimas ardiendo en mi retina?
¿o cómo ese hueco en mi pecho que nunca palpé pero que se tragaba todo mi ser?
¿Te hice feliz?
o tal vez solo sentí que brillaba en tus ojos
por que la luz se escondía detrás de las cortinas.
limpiandome las lágrimas de las mejillas
ahora ha quedado destrozado con tu "más nunca".
Y yo entre sevrilletas quería esconder
para siempre el dolor que profesaban mis ojos.
Puede ser que te heche un poco de menos
puede ser que lo haga menos mañana.
Pero sin ti amor, ya no me queda una ciudad
para apagar las luces.
Es entonces cuando pienso en escribir
para aliviarme de tu ausencia,
de esa misma ausencia que es la que me abraza
y no me deja saltar cuando llega el tren
entonces comienzo a llorar.
Me obligo entonces y utilizo papel y tinta roja
como si supieran de primeros auxilios.
Como si las letras pudiesen dibujar tan solo
el parecer de la sombra de tu boca.
Y me doy cuenta de que me he olvidado de mi
que mi recuerdo está en tus manos,
que ya no logran alcanzarme.
Hoy había descubierto un zic zac
comenzaba en tu brazo izquierdo
y terminaba en tu hombro.
Como lamento no haber desfilado sobre el
y ser cariñosa con mis manos.
No recuerdo el tacto de mi piel antes de que tu la tocaras,
muchas veces cuando me acaricio con la lampara encendida,
a media noche,
imagino que es tu piel lujuriosa la que se pierde entre mis nudillos.
No recuerdo como era esa función de respirar, antes de aprender
a coger aire para seguir besándote.
Y a qué sabían los besos antes de los tuyos.
Solo practicaban para enamorarte.
Para dejarse devorar.
Y ¿como era pensar sin que algún retazo tuyo
se mezclara en el aire y acabaras en cada uno de mis pensamientos?
¿Cómo era eso de vivir sin morir por no tener tu presencia?
Y la música, como era antes de escuchar tus gemidos, susurros y latidos.
¿cómo era eso de amar entre llanto?
¿cómo era el mar antes de que se escapara un mililitro de tu vida por los ojos?
¿Cómo era el amor?
¿Por qué lloraba si aún no te echaba de menos?
¿Cómo podía retorcerme en la cama de frío si no sabía que existía tu pecho para refugiarme después?
¿Qué sentido tenían las cosquillas?¿ La piel sensible entre gotas de agua al bañarme por sentirme tuya?
¿Y de qué servían los mordiscos en el cuello si no eran tuyos?
¿Cómo era el silencio?
Ahora el viento susurra canciones y todas me recuerdan a ti.
¿Y de qué servía tomar decisiones si ninguna tenia que ver con mirarte mientras duermes o comerte a besos los lunares?
Finalmente tomamos una que me ha matado.
¿Y si no me querías matar amor, por qué la tomaste?
¿La tomé yo sola?
¿Quién mato a nuestro amor?
¿Fue el dolor?
¿O las heridas abiertas?
Fueron las tardes llorando sobre mi cama las que no me dejaron vivir.
¿Y cuantos dulces más te faltaron por darme en la boca?
¿Qué carrizo era el miedo?
Si antes de ti no podía perderte sin haberte tenido de tantas maneras.
Mejor no me digas nada, no me respondas ya,
no hables que me lastimas.
Solo quiero que me digas
que era eso de la felicidad
¿Un sueño o un instante?
¿Era real?
¿Cómo las lágrimas ardiendo en mi retina?
¿o cómo ese hueco en mi pecho que nunca palpé pero que se tragaba todo mi ser?
¿Te hice feliz?
o tal vez solo sentí que brillaba en tus ojos
por que la luz se escondía detrás de las cortinas.
lunes, 3 de junio de 2013
Junio en sus brazos
Junio, el sol, las flores, el sonido de los tambores,
un vestido largo, hablar con la mente, las manos finas,
las ganas y caricias.
Junio, las sonrisas, un sábado, una fotografía olvidada,
un abrazo de piernas, el incienso, un pintalabios,
el vino.
Junio, lo posterior, el negro, el pelo largo,
los días contados, el hambre en las manos,
la luz.
Junio, los versos de B. Prado, la risa, lo fugaz,
la ropa olvidada encima de la silla, los reencuentros,
el cielo.
Junio, el no estar, la playa, un concierto a tres guitarras,
encontrar en mi cuaderno la inspiración de Tomi escribiendo;
''Tengo los ojos del color de la tierra,
y, por eso, no me creo las raíces
que me vendes."
Junio, que empieza contigo
las ganas y caricias.
Junio, las sonrisas, un sábado, una fotografía olvidada,
un abrazo de piernas, el incienso, un pintalabios,
el vino.
Junio, lo posterior, el negro, el pelo largo,
los días contados, el hambre en las manos,
la luz.
Junio, los versos de B. Prado, la risa, lo fugaz,
la ropa olvidada encima de la silla, los reencuentros,
el cielo.
Junio, el no estar, la playa, un concierto a tres guitarras,
encontrar en mi cuaderno la inspiración de Tomi escribiendo;
''Tengo los ojos del color de la tierra,
y, por eso, no me creo las raíces
que me vendes."
Junio, que empieza contigo
en la cama,
como nunca han de pasar las cosas.
Junio, que siempre acaba llevándome
al pecado de recordarte en julio,
y es que a quién he de explicarle
que yo te recuerdo en todas las letras del abecedario.
como nunca han de pasar las cosas.
Junio, que siempre acaba llevándome
al pecado de recordarte en julio,
y es que a quién he de explicarle
que yo te recuerdo en todas las letras del abecedario.
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