Tan sólo quería tumbarme en el suelo y escuchar su respiración al lado.
tenía muchas cosas que decirme puesto que no paraba de hablar
yo sollozaba al otro lado del teléfono al entender que ella ya no me quería más
que era una insoportable y que esta situación no daba para volver a intentar
no quería ser la victima ni la victimaría, quería amarla, pero ya ni eso.
Yo no entendía ni una sola palabra de lo que salía por su boca
era todo lo contrario a lo que me había prometido, se iba a ir, pronto,
se estaba yendo, me amaba pero ella ya no me quería amar.
Era un pacto con el tiempo, solo quedaba esperar, escucharla y esperar.
Cuando no tuvo más que decir tranqué la llamada
cerré puños y mandíbula y comencé a llorar hasta asfixiar a la almohada.
Un par de horas después volví a llamar, no tenía nada que decir
no quería que notara mi voz quebrada, ella sonaba tan intransigente, severa
pero a la vez tranquila.
A mi tan sólo me gustaba estar ahí y saber que ella seguía del otro lado
sabiendo que dijera lo que dijera, permanecía allí para mi.