Hoy me he
encontrado con el Dolor en la calle
y
sinceramente,
tenía
mejor aspecto cuando estaba conmigo.
Luego
mire un par de fotos
al llegar
a casa
no pude
evitar sonreir al verla encorvada
alzando
una copa.
No quiero
que pienses que te he olvidado,
Ni que
aún recuerdo las noches a tu lado,
las
largas madrugadas de insomnio
extrañándote,
ansiosa por verte,
y la
estrecha relación que me hiciste tener
con la
poesía.
Contigo
todos los poemas tenían sentido,
las
canciones tristes, los días grises,
las
tardes de domingo a solas en mi habitación.
Recuerdo
la primera vez que te miré a los ojos
-porque fue la misma en que me dijiste que te quedarías en mi vida para
siempre,
porque por aquel entonces tenías en la cara la palabra acércate
y porque a ti siempre te han gustado las chicas tristes con miedo a seguir de
frente-
Recuerdo
perfectamente cómo te arreglabas para mí cada noche,
siempre
vestida de lágrimas sin razones y nudos por palabras,
siempre
dispuesta a llevarme a cenar o a cuidarme
en donde
la especialidad era ver pasar la vida
sin posibilidad de vivirla.
Cuando
pienso en nuestra historia,
me
atrevería a decir, que como suicidio,
fuiste la
mejor amante:
-yo
inventaba nuevas formas de sufrir
y tú nisiquiera
aplaudías cuando lo conseguía.
Lo dicho,
la pareja perfecta.
El suicidio
y tu.