Las hojas cambian de colores... comenzamos, terminamos y terminamos y terminamos de nuevo.
jueves, 28 de noviembre de 2013
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Mirada de aguila, zapatos de cuero
Ojos hipnotizantes
ojos frios
ojos distantes
ojos misericordiosos
ojos celestiales
ojos sordos
mis zapatos me recuerdan tanto a ti.
ojos frios
ojos distantes
ojos misericordiosos
ojos celestiales
ojos sordos
tus ojos.
mis zapatos me recuerdan tanto a ti.
domingo, 24 de noviembre de 2013
Sus ojos me recuerdan el cinismo que puede hallarse en el viento, sus labios me recuerdan en lo bajo que uno puede llegar a caer, su rostro me dice que no parte un plato y yo diría "que hermoso ser" pero en su ser yace el veneno que me hace caer, mujer dime quien te dio poder para mentir en silencio y jugar con el placer.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Adjetivos
Hermosa
Apasionada
Buena
Prudente
Atenta
Laboriosa
Dulce
Alegre
Vigilante
Dedicada
Delicada
Protectora
Fiel
Diligente
Cuidadosa
Suave
Preciosa
Compañera
Apasionada
Buena
Prudente
Atenta
Laboriosa
Dulce
Alegre
Vigilante
Dedicada
Delicada
Protectora
Fiel
Diligente
Cuidadosa
Suave
Preciosa
Compañera
Mía.
Celosa
Insegura
Frágil
Imperfecta
Tuya
Me emociona escribir, porque ahí es donde siempre está conmigo.
Anoche la soñe, soñé que estaba enferma en algún hospital. No quería que me viera, mas siempre iba todas las noches y le preguntaba a los doctores como estaba ella, las enfermeras me conocían, pero nunca lograba verla. Solo cuando dormía y me asomaba a su habitación. Una noche fui a visitarla y no estaba en su habitación, me giré asustada, preparada para huir y allí estaba, me trataba con dulzura, con misericordía, como si supiera todas las noches en vela que había pasado por ella. Luego estabamos en un hotel, ella tomaba algo en el lobby y yo caminaba de la mano con otra mujer de muchas pecas y ojos azules. Ella estaba sola y triste, el horror se dibujaba en mi mirada al saber que yo podría ir a consolarla pero iba de la mano con otra compañía. Pero que más da si son sueños, esa no es la realidad. Aún así, atrapada en la mañana, me desperte a fumar como una loca. Me fumaré mi vida al tiempo de un cigarrillo, besarla después de cada cigarrillo, prometerle besos que no significaran despedida sino hasta un próximo encuentro. Aún recuerdo su último abrazo, su último te amo, pero su último beso. ¿quién sabría que sería el último? Sin ella sería un poeta con la inspiración en huelga de hambre, con la musa de vacaciones y con la entrepierna en invierno. Me pareció verla después de tanto silencio, pero nunca estuve segura si era ella, ahora es la locura de mi cordura. Tal vez era ella, seguramente no, al mirar los ojos de aquella extraña no hallé nada, Y yo, que solía mirar sus ojos y entender el por que me había enamorado de ella, pensar que podría encontrar hielo en su mirada me quita la razón. Ojala el tiempo le recuerde algún día con las hojas secas volando sobre su cabello, lo mucho que la quise, que amor fue aquello que a su lado conocí, que me la cosi en la piel para en las noches de penumbra sentirla junto a mi. Y aún me sobran besos para corgártelos en la espalda, y en esas partes tan tuyas que me gustaba tanto besar.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Siempre que en mi vida existan estos cinco minutos que me tome
para permitirme pensar en ti,
te seguiré amando
mi lirica romántica.
para permitirme pensar en ti,
te seguiré amando
mi lirica romántica.
encontré el amor
en tu silueta
en tu simplicidad
en tu sencillez.
Te descubrí y sentí la inmensidad del mundo adentro de mi piel
Te descubrí y sentí la inmensidad del mundo adentro de mi piel
me sentir desvanecer, y transformarme
hasta el punto de convertirme
en un ser traslusido a tus pies
de querer entregarte eso a lo que llaman alma.
de querer entregarte eso a lo que llaman alma.
Te entrego todo lo que soy en este poema
todo lo que algún día quise ser para ti,
tu, mi amiga
tu ,mi confidente
mi amada
mi lucha
mis lágrimas.
tu mi poesía el sueño real donde todo es posible.
Yo pensaba que el amor era no poder dejar de hablar de alguien, y lo era, pero el silencio lo destruye. Pero te quedaste en el silencio.Ojalá nunca hubiese aprendido a hablar, besaría muchísimo mejor.
Ojala nunca hubiese aprendido a besar, callaría mucho mejor. Hay un infinito terror, escondido debajo de esa manía tan humana, de no querer darnos la razón mientras nos regalamos la culpa.
Tal vez sea tonta, pero todavía no distingo tus dedos del cielo. Que me dejen mirar, donde me dé la gana. El corazón no se rompe; se para. Aún así, no ando falta de emociones; corro, de todos para no decirles hola.
El amor se acaba cuando ya no son dos, cuando el alma se flagela pero los sentimientos quedan al igual que el vacío de lo perdido, entonces dejamos de hablar sobre el amor, y comenzamos a vivir el desamor. Ese que digo que es horrible y muchas veces prefiero ignorar. Y no sacarlo a la calle.
Y sólo le pido a los sentimientos
que me perdonen por dejarlos en casa, cuando voy a cualquier parte, en la que no estás tú.
Tengo un corazón tan grande que me es imposible llevarlo a todas partes. Por eso, en situaciones, los ignorantes dirían que no tengo.
Y se te olvidan.
Ojala nunca hubiese aprendido a besar, callaría mucho mejor. Hay un infinito terror, escondido debajo de esa manía tan humana, de no querer darnos la razón mientras nos regalamos la culpa.
Tal vez sea tonta, pero todavía no distingo tus dedos del cielo. Que me dejen mirar, donde me dé la gana. El corazón no se rompe; se para. Aún así, no ando falta de emociones; corro, de todos para no decirles hola.
El amor se acaba cuando ya no son dos, cuando el alma se flagela pero los sentimientos quedan al igual que el vacío de lo perdido, entonces dejamos de hablar sobre el amor, y comenzamos a vivir el desamor. Ese que digo que es horrible y muchas veces prefiero ignorar. Y no sacarlo a la calle.
Y sólo le pido a los sentimientos
que me perdonen por dejarlos en casa, cuando voy a cualquier parte, en la que no estás tú.
Tengo un corazón tan grande que me es imposible llevarlo a todas partes. Por eso, en situaciones, los ignorantes dirían que no tengo.
Y sólo le pido a los sentimientos
que te perdonen cuando vas a cualquier sitio en el que no estoy yo.
Y se te olvidan.
-¿Que no te gusta que te hagan?
- No lo se... umm no me gusta que me toques cuando te digo que no lo hagas.
- Esta bien, lo siento
- ¿Que otra cosa?
- No me gusta que me besen mi tatuaje, el que dice Paola
- ¿algo más?
- No me gusta que pongas la palma de la mano cerca de mi nariz y puedas sentir como hago mariposas con mis pestañas
- ¿Por que no te gusta eso?
- No me gusta y ya.
- ¿Otra cosa?
- No
- ¿Y tú? ¿Que no te gusta que te hagan?
- Bueno, no me gusta que me toquen la nariz, pero contigo es diferente, así que me puedes tocar la nariz
y ya -silencio-
y bueno no se, pero a veces cuando estamos juntas y tu abres los ojos, me da miedo
- ¿Por que?
- Por que siento que no sientes nada
-silencio-
sin poder dormir
Me es imposible tener un fuerte dolor de vientre, comer una buena empanada de carne y no pensar en ti
Puedo volverme invisible como la niebla, puedo ignorar tu existencia como la lluvia ignora al sol
puedo pensarte y fumar en la madrugada hasta poder dormir sin tener que flaquear un poco al escribirte,
y saber que lo estas haciendo bien sin mi, que puedo fingir hacerlo bien sin ti, que fingir es un arte y un verbo que detesto
pero del que me he permitido aprender
Ir al supermercado a comprar comida con tu mujer, recuerdo que siempre le pedi a dios que me mandara una novia que quisiera vivir junto a mi
hizo sus jugadas y acabé con una novia así. Entonces veo las 11:11 y ya no se bien que pedir, solo me queda pedir por ti, por que seas feliz
y entregues lo que nunca pude cosechar en ti, lo que nunca te pude entregar yo a ti
Espero ella sepa calmarte, y acariciarte como si fueras de cristal, pueda olerte hasta impregnarse tu perfume en el alma
he cambiado de perfume, no me permití que alguien más pudiera respirar lo que alguna vez de mi respiraste
incluso he podido cerrar los párpados y lograr no verte, a veces te veo y entiendo que no solo eras una cara bonita, y un cuerpo hermoso y valioso, un trasero precioso tendido en la cama
unas mejillas de algodon de azucar y una sonrisa de baño burbujeante. No sabes como echo de menos esas sonrisas, creo que es de los detalles que más extraño, al igual que esa manera tan tuya
de decirme fea, y sentirme preciosa. Pero esa eras tú, y esta eres ahora tú.
Que la mujer que me enamoro y se enamoro ya no existe, se esfumó. Entonces es cuando suelo llorar a lágrima suelta diciendo
"no puedo creer que mi Paola me hiciera esto" es que no parece ella..." pero si lo eres, eres tú, total y fría,
que hay mujeres muy lindas igual, pero tú, tú eras una estrella fugaz, desprendida del manto de la noche para brillar por siempre en los ojos de quien pudiera verte
después explotaste y ahora solo eres polvo de hadas en mi cabello, que tengo tan largo que ya me llega al trasero
quisiera cortármelo y ser libre, después recuerdo lo mucho que te gustaba y hay algo en mi que me hace sonreir.
Ya no me gusta hablar de hiporbelizar ni eternidades, solo de tiempos disparejos y realidades
siempre preferí las peleas con almohadazos a las discusiones, te debo tantos almohadazos, de tantas veces que me hiciste enojar, y me callaba, tantos besos y abrazos en mi regazo
como petalos de rosa besando mi piel, crema de chocolate masajeando mi espalda y mordidas en el cuello llenandome el alma
Me he comprado dos cajas de cigarrillos camel, una vez te hice un poema con ese nombre y te hice el amor con esas canciones
fue en carnavales, los carnavales del 2013, los únicos que te di, cuando no se sentía futuro el diluvio
lamento no tener una copia de ese poema, así como de todas las cartas que te escribí
coleccionaré hojas de otoño y encontraré un poema roto en cada una de ellas
Tal vez algún día camine por la calle y ya me des igual
y termine por aceptar que hay un pedazo de mi caminando, respirando y buscando su otra mitad
que me has tomado de la mano y me la has juntado junto a la de otra mujer
y así con un leve beso te has ido, para ya no.
Puedo volverme invisible como la niebla, puedo ignorar tu existencia como la lluvia ignora al sol
puedo pensarte y fumar en la madrugada hasta poder dormir sin tener que flaquear un poco al escribirte,
y saber que lo estas haciendo bien sin mi, que puedo fingir hacerlo bien sin ti, que fingir es un arte y un verbo que detesto
pero del que me he permitido aprender
Ir al supermercado a comprar comida con tu mujer, recuerdo que siempre le pedi a dios que me mandara una novia que quisiera vivir junto a mi
hizo sus jugadas y acabé con una novia así. Entonces veo las 11:11 y ya no se bien que pedir, solo me queda pedir por ti, por que seas feliz
y entregues lo que nunca pude cosechar en ti, lo que nunca te pude entregar yo a ti
Espero ella sepa calmarte, y acariciarte como si fueras de cristal, pueda olerte hasta impregnarse tu perfume en el alma
he cambiado de perfume, no me permití que alguien más pudiera respirar lo que alguna vez de mi respiraste
incluso he podido cerrar los párpados y lograr no verte, a veces te veo y entiendo que no solo eras una cara bonita, y un cuerpo hermoso y valioso, un trasero precioso tendido en la cama
unas mejillas de algodon de azucar y una sonrisa de baño burbujeante. No sabes como echo de menos esas sonrisas, creo que es de los detalles que más extraño, al igual que esa manera tan tuya
de decirme fea, y sentirme preciosa. Pero esa eras tú, y esta eres ahora tú.
Que la mujer que me enamoro y se enamoro ya no existe, se esfumó. Entonces es cuando suelo llorar a lágrima suelta diciendo
"no puedo creer que mi Paola me hiciera esto" es que no parece ella..." pero si lo eres, eres tú, total y fría,
que hay mujeres muy lindas igual, pero tú, tú eras una estrella fugaz, desprendida del manto de la noche para brillar por siempre en los ojos de quien pudiera verte
después explotaste y ahora solo eres polvo de hadas en mi cabello, que tengo tan largo que ya me llega al trasero
quisiera cortármelo y ser libre, después recuerdo lo mucho que te gustaba y hay algo en mi que me hace sonreir.
Ya no me gusta hablar de hiporbelizar ni eternidades, solo de tiempos disparejos y realidades
siempre preferí las peleas con almohadazos a las discusiones, te debo tantos almohadazos, de tantas veces que me hiciste enojar, y me callaba, tantos besos y abrazos en mi regazo
como petalos de rosa besando mi piel, crema de chocolate masajeando mi espalda y mordidas en el cuello llenandome el alma
Me he comprado dos cajas de cigarrillos camel, una vez te hice un poema con ese nombre y te hice el amor con esas canciones
fue en carnavales, los carnavales del 2013, los únicos que te di, cuando no se sentía futuro el diluvio
lamento no tener una copia de ese poema, así como de todas las cartas que te escribí
coleccionaré hojas de otoño y encontraré un poema roto en cada una de ellas
Tal vez algún día camine por la calle y ya me des igual
y termine por aceptar que hay un pedazo de mi caminando, respirando y buscando su otra mitad
que me has tomado de la mano y me la has juntado junto a la de otra mujer
y así con un leve beso te has ido, para ya no.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Muero de amor con esa manera tuya de besarme las comisuras y las sonrisas, de retorcer las sábanas a cosquillas, de contagiarme las canciones y traducirme las calles, las películas y las canciones de los bares.
Muero de amor con tu mirada de fuego y tus manos desatadas. Con los abrazos en semáforos daltónicos, de escudo espacial. Con tu sol cuando buscaba mi sombra para sentirse en paz y con el desorden de te amos que despertabas en mi cintura.
Muero de amor con esos nudos de piernas, con los sueños en voz alta al dormir, con tus pesadillas de dinosaurios al cruzar un puente cuando eras una niña, la calma que hacias nuestra, con los errores provocados y el café con poco azúcar para describirte en las noches largas.
Muero de amor con el aroma a otoño en tus bolsillos, las carreras de lunares por la piel, las miradas que se acortan, las ganas de perdernos en un Atlas y mi manera de llegar tarde y sonriendo.
Muero de amor con tu modo de desnudar la música, con nuestra naturaleza onírica y efímera, con las caricias en el alma, cuando tenía alma, con los besos de puntillas sobre tu piel, esos que no hacían ruido alguno y te enamoraban desnuda, y con los equilibrios sobre líneas discontinuas entre tus labios y mi cuerpo.
Muero de amor con esa ternura con la que me untaste el corazón, con la manera de repartir magia y mariposas verdes, con los "ummm ummm" que me cantas, con los viajes en metro en dirección contraria y con las ganas puestas en el mañana.
Muero de amor, con nada más para contar ahora, con las memorias vacías sin tus horas, con el amor en coma y la infección sin cura.
Muero de amor, con nada más para contar ahora, con las memorias vacías sin tus horas, con el amor en coma y la infección sin cura.
Te extraño.
El dolor está.
Y tu sonrisa,
y la ausencia tangible,
y tu gesto,
y el recuerdo vívido,
y el no vivido también,
y el no vivido también,
y tu nobleza,
y las trampas,
y las trampas,
y la necesidad de que estés,
y tu legado,
y el enojo por lo irremediable,
y tus caricias torpes,
y el tiempo que pasa,
y tu paciencia,
y la angustia que anuda,
y tu mirada en llamas,
y las lágrimas que brotan,
y las dificultades,
y las dificultades,
y tu siempre estas.
Tu siempre estas,
siempre, siempre.
Aunque el tiempo pase
y nadie sea quien era.
Aunque ni siquiera seas.
y nadie sea quien era.
Aunque ni siquiera seas.
Te extraño tanto.
tu lo quisiste así
Ya no estás conmigo. Nadie toma ya mi mano para acompañarme por la vida. Nadie me dedica las rosas que tú me dedicaste, ahora cantan para mi como nunca lo hiciste y veo tu cara en cada cosa que no hicimos.
Ya no estás conmigo, no siento tu abrazo, no escucho tu latido.
Ahora puedo salir a la calle y darme cuenta de que te hasido, y que estoy sola entre tanta gente, como la luna entre las estrellas, o como un diente de león en el jardín.
Soy como el viento, voy y vengo pero sin tu compañía.
Ya no miraré tus ojos, ni escucharé tu latido otra vez, ni tomaré tus manos, ni besaré tus labios. No volveré a estar junto a ti. Y todo sólo porque… Tú lo quisiste así, con ternura te sonrio.
Amanece que no es poco
Siempre pensé que el mundo iba a
terminar el día que dijeras basta, que no iba a ser capaz de encontrar a nadie
que pudiera ofrecerme una milésima parte de lo que tú me dabas cuando me
sentaba a tu lado y me perdía en tu mirada. Y sin embargo ya han pasado una infinidad de amaneceres desde tu partida y el sol sigue saliendo cada día.
Lo admito, no fue fácil aceptar
que ya no esperaba tus llamadas y que tu lado de la cama, ese que nunca tuviste, había quedado vacante
por tiempo indefinido, hice como que no me importaba y, en cierto sentido,
seguí viviendo como si nada aunque todos los remolinos del mundo se agitaran en
mi interior.
Fue una condena tratar de abrazar
un recuerdo que se alejaba inexorable mientras otras me besaban y un error
tratar de buscarte en otros cuerpos. ¿Pero qué iba a hacer? ¿Aceptar que te
habías ido sin más? No. Mi orgullo lo podía todo. Y lo mataba.
Sin darme cuenta conocí la apatía.
Nadie era capaz de conmoverme ni de hacerme sonreír. Hasta salir de casa dolía
porque sabía que al volver no estarías, ya no estaría nisiquiera ese sentimiento de pertenencia rota que alguna vez me acobijó hacia ti. Me arrepiento de las
historias que pudieron ser y no fueron porque me negaba a aceptar que el cuento
había terminado. Me arrepiento de los corazones que partí porque el mío estaba
tan roto que hasta dudaba de que alguna vez hubiera estado ahí. Se me quedaron dentro
todos los silencios que hacían cosquillear mis dedos. Hoy sé que eso también fue un error porque
todo lo que vivimos acaba convirtiéndonos en lo que somos.
No te odio. No puedo sentir odio
a pesar de que apagaras la luz al salir y yo no fuera capaz de encontrar el
interruptor. En cierto modo soy ahora más fuerte y eso siempre es de agradecer.
Pero una cosa me quedó pendiente: ojalá me hubieras devuelto todos los abrazos
que te di y que tanto necesité cuando te fuiste, pero de eso también saqué una
lección: mejor que regalar las alas a alguien es enseñarle a volar.
Por suerte a mí no se me ha
olvidado. Quizás ande un tiempo perdida y me consiga a tus amigas mirandome como bicho raro cuando tarareo una canción que alguna vez me cantaste. Y aún lloro a lágrima suelta cuando recuerdo como me hiciste sentir la culpable total de haberlo arruinado todo, por celosa e insegura, por insuficiente de amor a nosotras. Entonces me limpio las lágrimas y busco adentro de mi alguna historia mia en la que hubiese amado tanto y tenido menos miedo y no la consigo. Aún así me limpian las mejillas y me sonrien y yo no abrigo esperanzas de que me hagan sentir única y especial. Las flores que crecen en el desierto ya son únicas en su especie. El cielo nostálgico sin
atreverme a levantar los pies del suelo, pero es hermoso saber que con sólo
extender los brazos tienes infinidad de posibilidades a tu alrededor. Una
cantidad inconmensurable de sueños para usarlos de combustible.
- cuando era una niña -
Cuando era una niña lloraba siempre antes de entrar en la escuela. Yo no lo recuerdo, pero mi mami me lo explica para hacerme sonreír cuando, todavía hoy, tengo uno de esos días malos.
Lloraba, y la abuela de otra niña que iba conmigo a clase le pidió a su nieta que me cogiera de la mano, a ver si así sonreía. Mi mami y esa abuelita se hicieron amigas.Cuando era niña siempre me sentpi bonita, mami se encargaba de hacerme sentir laniña mas linda del mundo, dandome besitos y dicienome "mi cielo lindo" Recuerdo con especial nostalgia que siempre me hacía una colita en el centro de la cabeza y como tenía e lcabello corto quedaba como unamata de coco. Matita de coco me decían. Siempre pensé que tenía algo especial además de su antigua sonrisa y la hipnótica mirada con la que sonreía, Milagros era algo especial, y muy tremenda.
Este fin de semana he vuelto a la casa de las montañas, y he descubierto que ese algo especial era la luz que se alargaba en la casa por las mañanas y el pasto mojado luego de regarlo en la tarde cuando salía a jugar.Ahora recuerdo desde una habitación soleada y rosada, con aroma a flores aún asi la siento lúgubre, sin alma. Y hubiera llorado como cuando era una niña, por los momentos que no vuelven pero que se recuerdan con nostalgia y una sonrisa en los labios.
Me duele la boca
de callarme tanto,
cuando debería dolermede tanto besarte.
Me duelen los dedos
de contar contigo
del uno al un millón de ausencias.
Me duele saberme
pájaro en tu mano,
y pensarte anhelando
verme volando.
Me dueles como duele el frío
y como duele el calor
,porque cuando hacen daño,
la sensación es la misma.
Me duele dolerme.
Me duele soñarte posible
y despertarme en una realidad utópica.
Entré en el dolor para buscarte,
y salvarme yo; y la vida se convirtió
en un juego de mesa
con más manos que dados
y más bocas que fichas que comer.
Entonces asumí mi vida rota.
Asumo que la vida tiene que romperse
para poder compartirse;
la asumo como algo que tarde o temprano pasa,
como algo que retumba,como algo que vibra,
que cae al suelo,y que salpica.
Que si tú no estás para curarme
aun quedándome sin voz y sin silencio,
seguramente acabe por no culparte
y repartir los trozos entre los que me quieren menos.
Y es que siempre he sabido aceptar una derrota
aún cuando se trato de perderte a ti.
de callarme tanto,
cuando debería dolermede tanto besarte.
Me duelen los dedos
de contar contigo
del uno al un millón de ausencias.
Me duele saberme
pájaro en tu mano,
y pensarte anhelando
verme volando.
Me dueles como duele el frío
y como duele el calor
,porque cuando hacen daño,
la sensación es la misma.
Me duele dolerme.
Me duele soñarte posible
y despertarme en una realidad utópica.
Entré en el dolor para buscarte,
y salvarme yo; y la vida se convirtió
en un juego de mesa
con más manos que dados
y más bocas que fichas que comer.
Entonces asumí mi vida rota.
Asumo que la vida tiene que romperse
para poder compartirse;
la asumo como algo que tarde o temprano pasa,
como algo que retumba,como algo que vibra,
que cae al suelo,y que salpica.
Que si tú no estás para curarme
aun quedándome sin voz y sin silencio,
seguramente acabe por no culparte
y repartir los trozos entre los que me quieren menos.
Y es que siempre he sabido aceptar una derrota
aún cuando se trato de perderte a ti.
viernes, 15 de noviembre de 2013
martes, 12 de noviembre de 2013
Si este amor solo existe en mis sueños... Don`t wake me up.
-
Quiero que seas solo mía – Me susurró al oído
con deseo. No sabía que decir, yo no quería ser de nadie más. No lo sentía así.
-
Ummm – Murmuré tomándole la mano y besándosela.
-
¿Abrazame si? Tengo frío – exclamé con los
dientes chocando entre ellos. Introdujo su mano por adentro de mi ropa y me
abrazó con fuerza por la cintura. Tenía
que irme pronto de ese lugar. Ella se estaba volviendo muy posesiva conmigo,
terminaría siendo su juguete. Juguete del destino, un juguete con dueña nueva.
Ya era de noche y me encontraba en la avenida 2 del centro
de la ciudad. Subí la mirada al bus que tenía al lado de mi mientras caminaba
por la cera. Me detuve en seco. Era ella. Llevaba una blusa beige con bordes
blancos, solo le veía los hombros, su cabello recogido en un moño la hacía ver
tan bella, su piel es tan hermosa, su cabello, su postura. No podía seguir
avanzando, o me vería. Tal vez debería de caminar delante del bus como si nada,
que ella vea lo linda que yo soy igual. Llevo el vestido con el que nos hicimos
novia, strapless azul y rosas rojas, no es una novedad, y mi cabello es un
desastre. Ella en cambio, se ve tan hermosa y tan fresca que me duele sin saber
muy bien por que.
En ese momento el semáforo cambió. Mi mirada encantada
pesaba probablemente toneladas de admiración por que Paola volteó hacía atrás y
me vio por la ventana trasera del bus. “!Por Dios me vio!” Me quede congelada,
putrefacta. El bus giró a la derecha y se perdió por el viaducto pero yo no me
moví. Me había visto, mi mirada se cruzo con la de ella. Me quede observando la
esquina de la avenida que le daba inicio al viaducto. “!tal vez ella podría…!”
Y allí estaba. Después de tres minutos que me parecieron eternos ella estaba
parada a media cuadra de mí. Quise
caminar hacia ella de inmediato, después de todo si estaba allí parada era por
que me quería hablar, verme al menos, no lo sé.
Mientras estiraba mis pies hacia adelante la gente pasaba rápidamente,
pasaban tan rápido que apenas podía ver sus caras borrosas. Manchas negras no
me dejaban avanzar hacía ella. Apenas podía ver una parte de su hombro
izquierdo, la gente no me dejaba avanzar. Intente gritar su nombre, pero no
podía emitir ningún sonido.
Me desperté.
La sala de la residencia tenía las luces apagadas y la
cocina también. Todos dormían. Caminé hacia el cuarto de Naomi. Toqué la puerta
y ella me abrió al instante. ¡Sorpresa! – Me gritó con emoción. Un globo enorme
con el número 17 flotaba desde una cesta que tenía un peluche enorme y de
aspecto chiflón, de esos conejos pelanas que tienen la lengua afuera y las
orejas largas. Era grande y el detalle era dulce. ¿era nuestro aniversario? Me
sentí miserable. Un descontrolado deseo de querer tirarme a llorar se apoderó
de mi. Era tan cruel, ella no me merecía, yo no la quería tanto. Me dejé caer
en ambas rodillas apenas entré al cuarto. Naomi con una enorme sonrisa me jaló
de la mano, gateé hasta caer sentada en la cama.
-
Esta era la sorpresa que te tenía preparada. ¡Ya
un mes! – Exclamó con timidez
-
“¿un
mes?¿no eran 17?”- Que linda eres mi niña, gracias – Dije con fingida
dulzura. Todo aquello se me hacía tan incómodo.
-
ya vengo, voy a comer ¿vale? – dije saliendo del
cuarto sin mayor explicación.
Encendí la luz de la sala y encima de la mesa
había una hamburguesa envuelta. Naomi había ido a comprarme la cena… Tome el
cuchillo y piqué un pedazo pequeño. Envolví el resto y lo guarde en una bolsa y
entré al cuarto de Naomi de nuevo.
-
¿Qué
tienes? – Me preguntó con tono de corstenación mientras me comía la
hamburguesa en silencio.
-
Nada –
Me limité a decir evitándole la mirada. Ella se inclinó para besarme los
labios. Mis labios estaban demasiado desabridos para acoger el vacío en ese
momento. Le rechacé el beso sutilmente dejando que me besara en algún punto
entre la mejilla y el cuello.
-
¿Qué tienes?
-
Nada – Mentí.
Tenía de todo, quería llamar a Paola y contarle mi sueño, decirle que la amaba,
que la amaba tanto. ¿Por qué aquello no podía ser real? Tan solo una acción de
su parte que me demostrara que ella también me extrañaba…
-
¿Me
prestas tu teléfono? El mío no tiene segundos – Confesé bajando la mirada
-
¿la vas a
llamar a ella verdad? – Preguntó con rabia. Me extendió el teléfono. Lo
cogí y sali del cuarto para hablar en privado.
Marqué el número de Paola, 8742855 salieron
de mi mente sin tener que buscar más que las ordenes que emitía mi cerebro para
marcar los números. Paola atendió de inmediato, habíamos hablado hace horas por
mensajes pero al parecer aún quería hablar por que me había cogido la llamada.
Yo caminé rápido para responderle cuando entrara a mi habitación. Estaba tan
mareada, no sabía por que estaba tan mareada, me sostuve de las paredes para no
caerme hasta entrar a mi cuarto y cerrar la puerta. La luz de la lámpara estaba
encendida.
-
¿Alo?
-
Hola, hola
– Me susurró con tono risueño. ¿Estaba llorando?
-
Hola
Paola, sabes que soñé contigo, soné que…
-
Solo dame unas semanas, unas semanas y me
olvidaré de ti – Me dijo a tono suplica mientras lloraba.
-
No mi amor, no quiero que te olvides de mi –
Admití desesperada, mis ojos se llenaron de lágrimas. Apenas podía hablar.
Estaba muy mareada.
-
Tú me dijiste que ya tienes novia y vives con
ella, solo dame unas semanas – Me interrumpió llorando. En un intento
desesperado por no caerme jalé la cortina y se me vino el tubo que la sostenía
encima. Sentía que me iba a derrumbar en cualquier momento. Apenas podía hablar
estaba tan débil.
-
No, eso no
es así, déjame explicarte – Logré decirle lentamente mientras intentaba que
el oxigeno llegara a mi cabeza para no desmayarme. En ese momento Naomi tocó la
puerta. Estaba muy enojada. Estaba enojada por que llamaba a Paola, por que era
la peor persona yo.
-
¡Dame
mi teléfono gritó! – Se iba a abalanzar sobre mi apenas abriera la puerta.
Intenté gritar el nombre de Paola, no quería dejar de hablar, tenía que
explicarle, tenía que saber que me iba a desmayar que estaba mal, que me harían
daño. Intenté gritar pero nada salio de mis labios. Naomi entró al cuarto y me
giró con gran brusquedad, me arrancó el teléfono de la oreja.
-
PAOLA
-
PAOLA! – Grité
en voz alta. Naomi sacó su mano de mi ropa íntima al instante, la tenía
reposando como un caimán que duerme a la orilla del rio. Me sentí tan triste.
Ella no me quería, no quería explicaciones, no quería volver. Había renunciado
a mi como renuncias a las cosas que se te hacen demasiado inalcanzables para la
modestia que lo valen. Quise llamarla pero no había ninguna razón, ya no habían
más razones. Había estado mareada en el
sueño porque me había quedado dormida sin poder respirar bien. Me limpié las
lágrimas, finalmente habían sido dos sueños en los que irradiaba algo de
sentimientos hacia mí. Eso era todo. Encendí mi laptop, y escribí.
sábado, 9 de noviembre de 2013
Cuando en sesiones dulces y calladas
hago comparecer a los recuerdos,
suspiro por lo mucho que he deseado
y lloro el bello tiempo que he perdido,
la aridez de los ojos se me inunda
por los que envuelve la infinita noche
y renuevo el plañir de amores muertos
y gimo por imágenes borradas.
Así, afligido por remotas penas,
puedo de mis dolores ya sufridos
la cuenta rehacer, uno por uno,
y volver a pagar lo ya pagado.
Pero si entonces pienso en ti, mis pérdidas
se compensan, y cede mi amargura
.
William Sheakeaspeare.
hago comparecer a los recuerdos,
suspiro por lo mucho que he deseado
y lloro el bello tiempo que he perdido,
la aridez de los ojos se me inunda
por los que envuelve la infinita noche
y renuevo el plañir de amores muertos
y gimo por imágenes borradas.
Así, afligido por remotas penas,
puedo de mis dolores ya sufridos
la cuenta rehacer, uno por uno,
y volver a pagar lo ya pagado.
Pero si entonces pienso en ti, mis pérdidas
se compensan, y cede mi amargura
.
William Sheakeaspeare.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)